Cultivacion: El poroto de soya es un cultivo “largo”, se siembra a mediados de octubre y se cosecha a fines de marzo o principios de abril. Es muy difícil de encontrar en el mercado nacional, pues casi no se produce en Chile. Aquí sembramos entre 3 y 7 hectáreas por año y cosechamos entre 3 mil y 5 mil kilos por temporada. Al final de la temporada, la soya se seca en la planta y luego se trilla para separar el grano. Deja abundantes rastrojos que incorporamos para aumentar la materia orgánica y la salud del suelo. Generalmente rotamos su cultivo con el trigo.
Nutrición: Además de su contenido de isoflavonas, los alimentos de soya son ricos en nutrientes que incluyen vitaminas B, fibra, potasio, magnesio y proteínas de alta calidad. Ideal para tempeh, leche de soya, tofu y salsa de soya. La soya y los antioxidantes que contiene pueden ayudar a reducir el riesgo de ciertos tipos de cáncer, disminuir los factores de riesgo de enfermedades cardíacas y reducir la pérdida de densidad ósea en la menopausia. Muchos de estos beneficios pueden deberse al hecho de que las isoflavonas de soya son fitoestrógenos.
Cómo utilizar: El poroto de soya se utiliza de muchas maneras: lo puedes germinar para consumir brotes, o fermentar para hacer tofu, tempeh y miso. También se utiliza mucho para hacer leches vegetales. Como todos los porotos, se puede usar en la preparación de deliciosos guisos.
Hechos interesantes: En 2014, más del 80% de la soya cultivada en el planeta era transgénica. Nuestros productos orgánicos no son modificados genéticamente. Solo cultivamos una variedad de soya pues la semilla no se encuentra fácilmente en el mercado, incluso internacional.
Origen: Los porotos de soya son originarios del sudeste asiático. Recibimos un puñado de esta semilla de manos de Caterina Rothman, de Tierra Viva, en el año 2012. Ella lo cultivaba hacía más de 20 años.